Reflexión sobre la clase del 3 de Marzo
¿Qué es lo que realmente ofrece internet? ¿Qué es lo que de veras ha cambiado? ¿Hacia dónde debemos dirigirnos para conocer el giro que ha dado internet a las comunicaciones y el intercambio de información?
Estas preguntas ponen de manifiesto la dificultad que entraña el estudio de internet y de todas sus variables. El cambio ha sido tan rápido, natural y brusco que muchas veces es complicado llegar hasta un punto de origen y comprobar qué es de lo que no disponíamos antes y qué es lo que realmente tenemos ahora. En la actualidad, Internet se ha convertido en algo imprescindible, en un medio del que ahora su falta se ve ilógica, y su necesidad, irrefutable.
Por ello, es necesario buscar unos puntos cardinales desde los cuales comprobar los pasos que hemos dado y poder orientarnos a la hora de cuantificar los cambios que ha dado internet. Unos puntos de encuentro que reúnan los cambios que está produciendo internet en la forma de comunicarse y que sean el origen del encuentro de los medios en la última pantalla: la del ordenador.
En primer lugar, la invisibilidad de la información en Internet, donde la información oculta es 500 veces mayor a la que se muestra, provoca que el grueso de la información esté escondido y con pocas posibilidades de salir a la luz, y que, a su vez, los datos que son visibles acaben por llegar a un alto número de usuarios, que tendrán al informarse un único punto de vista.
Internet, asimismo, también ofrece un espacio ilimitado de almacenamiento. En la redo no existen límites espaciales para la cantidad de medios que quieran introducirse en la web ni para el volumen de información que se quiera gestionar. Así, en Internet, y gracias al espacio relativamente infinito de almacenamiento se podrán crear nuevas formas de información y ofrecer al visitante puntos de vista completamente novedosos y que, en un medio tradicional, no tendrían cabida. Aparecerán así las grandes bases de datos históricas, que en el caso de, por ejemplo, los periódicos, ayudarán a que el espectador tenga una idea histórica y pormenorizada de las causas y consecuencias de los hechos.
Por otra parte, la máxima expresión de la convergencia tecnológica en Internet es la multimedialidad, que muchas veces se convierte en una “mediamorfosis”. Por un lado, el usuario se encuentra con un único lugar al que acudir para lograr todo lo que necesita, pero por el otro, la mediamorfosis puede provocar que se pierda la identidad de cada medio y que los medios anteriores queden sustituidos. Asimismo, y a pesar de que los contenidos diferentes se encuentren en sitios diferentes, la interactividad provocará que de la unilateralidad se pase a la multilateralidad y que el propio usuario sea el que escoja lo que quiere ver en la pantalla: ahora es activo y selecciona más que elegir de un abanico más o menos amplio de posibilidades.
El cuarto punto cardinal es la capacidad de actualización, , que provoca un conocimiento casi instantáneo de muchas facetas de la realidad social, creando una nueva temporalidad mediática: la era del directo permanente. Existirá asimismo una velocidad y obsesión desmedidas por comprender de la forma más rápida posible, para poder acceder a más contenidos si cabe.
Sin embargo, ver no es comprender, y el riesgo que Internet entraña es la captación únicamente de lo superficial, de lo que no está oculto, y que, tras ser captado, quede también hundido bajo el iceberg visible de lo que es más actual y más inmediato.
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