Reflexión sobre las clase del 24 de Febrero
Si una de las características o cambios que Internet ha aportado a la comunicación es importante, es la capacidad de dispersar el discurso, la posibilidad de no encontrar una comunicación cerrada, sino que ésta también varíe y se transforme según la voluntad del receptor, que amolda a sus necesidades comunicativas la naturaleza del mensaje.
Esta dispersión está sustentada y apoyada en la presencia de los enlaces, puertas de salida hacia conocimientos accesorios, relacionados o de contextualización del mensaje original, y que en su versión textual se convierten en hipertexto.
Así, los enlaces y el hipertexto convierten el mensaje, o la información en una amalgama de dos autorías, donde desde el mensaje original se han dado pautas al receptor para que camine sobre un camino propio y se informe a partir de las sugerencias del autor. Asimismo, el autor puede jugar con el hipertexto en la medida en que necesite que el receptor pueda tener en cuenta todas las implicaturas de éste.
Por lo tanto, un texto con riqueza hipertextual es una mina donde el usuario, a la vez que va profundizando en la información y si su interés lo requiere, puede encontrarse con vetas en forma de enlaces que le lleven a conocer una dimensión del mensaje inesperada o que le haga conocer un punto de vista diferente con el que contrastar el que ya poseía al acceder al mensaje original.
Sin embargo, el enlace y la hipertextualidad también pueden tener un uso añadido al anterior. El emisor, consciente de la fuerza expansiva del hipertexto y de la atracción que provoca sobre el usuario o receptor, dirige la atención de éste último para que, haciéndole desplazarse por un camino marcado en el mensaje haciéndole creer que es aleatorio y que le pertenece.
El emisor, por lo tanto, a la hora de escribir en la red, para conseguir una comunicación eficaz, atractiva y que satisfaga las necesidades tanto del receptor como las suyas propias, ha de tener en cuenta tanto la dimensión del texto como del hipertexto, y por lo tanto y en consecuencia, también las relaciones entre ambos en cuanto a densidad, ubicación y destino de los enlaces.
Y si hablamos de la aplicación y de las influencias de la hipertextualidad en el periodismo, en primer lugar, y según tratamos en clase, podemos encontrarnos con un conflicto de intereses entre la información que trata de organizar y comunicar el emisor y el mensaje que parte de los intereses del receptor y de la posible atracción que tengan los enlaces sobre éste.
Para resolver este conflicto, podemos recurrir a Rodriguez de las Heras, que advierte de que en el hipertexto deben contraponerse dos fuerzas: una expansiva que invita a explorar a partir del enlace y otra contractiva, donde es el propio texto el que invita a quedarse al lector. Este mismo autor también sostiene que el hipertexto debe ser tratado como un flujo de información que desatasque y libere a las páginas de una saturación de información que consiga despistar al usuario.
Sin embargo, este uso “desatascador” del hipertexto aún no es usado correctamente. Mientras, se cae en la tentación de ofrecerle al receptor un gran número de señales y de posibles itinerarios marcados por el interés del emisor que acaban por tener una finalidad contraria a la deseada, ya que el receptor no focaliza en los puntos de interés que son los enlaces y finaliza saturado de información
Rodriguez de las Heras piensa que esta problemática está originada en un planteamiento de diseño aún anticuado y basado en el papel que cabe desterrar del todo. Las influencias de la estructura secuencial aún están presentes y coartan el verdadero potencial del hipertexto.
Sin embargo, la utilización del hipertexto en un contexto web de forma correcta pasa por estructurar la información de forma eficiente, siempre desde el punto de vista de una mejor comunicación. A partir de ello, Alejandro Rost propone una clasificación de las relaciones de las páginas de un sitio web a partir de las relaciones entre ellas:
En primer lugar, la jerárquica, nace de la estructura piramidal de la información y se basa en la supeditación de unas páginas a otras. A pesar de que esta estructura es eficiente en cuanto a orden y comprensión de los contenidos, para Rost no aporta nada a la comunicación
También podemos encontrar una estructura en red, donde las páginas están conectadas como nodos unas con otras. Este tipo de organización tampoco resulta eficiente por resultar demasiado compleja para el periodismo. Sin embargo, en la comunicación web de otro tipo de contenidos puede resultar muy valiosa para el emisor, ya que el receptor puede acceder sin proponérselo a cualquier parte de la información que no aparecía en el mensaje inicial.
Por último, Rost reconoce que la mejor estructura para transmitir una información periodística es una mixta, donde la facilidad de orden de la jerárquica se mezcle con la capacidad de sorpresa que posee la estructura en red.
Sin embargo, la estructura no puede darse sin los enlaces, para los que Rost también encuadra en varias divisiones: enlaces estructurales o de categoría, que permiten al usuario saber donde está y hacia dónde puede dirigirse; enlaces semánticos , que son los que permiten al usuario dotar de valor añadido a la información que está recibiendo, además de contextualizarla. Asimismo también podemos encontrar enlaces textuales o multimediáticos dependiendo de las características mediáticas del sitio de destino.
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