Reflexión sobre las clases de los días 10 y 11 de febrero
Al volver a trabajar sobre los conceptos que se trataron en estas dos clases: desmediación (los dos días) y personalización (el día 11) e intentar reflexionar sobre ellos de forma separada y ofrecer dos entradas diferenciadas, he caído en la cuenta de que ambas características de la red (una de ellas fundamental y otra achacada a Internet por muchos), cambian de forma completa un solo proceso: el proceso de la comunicación.
El esquema tradicional y estereotipo de las interacciones comunicativas (emisor-receptor-mensaje) queda completamente transformado por la aparición de las nuevas tecnologías solamente a partir de tan sólo estos dos conceptos. Por tanto, si incidimos sobre ellos y después extrapolamos a todas las variables que ha introducido internet en el proceso de la transmisión, recepción y tratamiento de la información, nos podemos dar cuenta no ya del cambio, sino del giro que ha conllevado la evolución de la sociedad tradicional a la sociedad de la información.
La desmediación (o realmente la eliminación de las características tradicionales de un medio, esto es, la transformación de éste) define el cambio de la profesión periodística con la aparición de Internet. El periodista ya no es el único que puede informar de forma exclusiva, sino que la pluralidad de la red provoca que cualquier usuario con acceso a Internet pueda, usando los servicios que la web ofrece, informar con un velo de veracidad, de cualquier asunto. Sus causas están claras y a la vez pueden resultar contradictorias.
En primer lugar, la hipertextualidad y la libertad de la red provocan que una misma información pueda ser publicada una y otra vez sin que se sepa su procedencia real. Este hecho puede traducirse como un aumento de los intermediarios. Por otro lado, un periodista puede informar sin intermediarios ni editorial directamente en la red. ¿Cuál es el problema por lo tanto? La igualdad de ambas figuras. Sin una cultura mediática basada en la web, un usuario medio asocia la publicación en los diarios en papel con la publicación en, por ejemplo un blog o en una página web propia, llevando a la identidad del periodista a una crisis difícil de cuantificar.
¿Cómo afecta esto al modelo tradicional de comunicación? Los emisores pierden identidad y el mensaje pasa a ser despersonalizado e igualitario, sin argumentos de autoridad y sin que se tenga en cuenta la veracidad, coherencia y contraste de los hechos.
Por el otro lado, la personalización habla de un receptor que ha cambiado…y si el receptor cambia también lo hará el mensaje para que sea eficaz. Desde un broadcasting y narrowcasting que produjeron la implantación de la agenda setting, el pointcasting que ha aparecido con la implantación definitiva de internet (contenidos personalizados para públicos muy concretos) ha provocado que los receptores construyan sus informaciones seleccionando los emisores, a través de, por ejemplo, lectores RSS. Ahora el individuo es el que elige cómo y de qué manera quiere ser informado. El mensaje, de esta manera, debe ganar en valor añadido y llamar la atención del espectador.
Los contenidos, entonces pasarán a ser más espectaculares y atractivos en su apariencia mientras se especializan a pasos agigantados. La aparición de internet también unifica al receptor con el emisor en una suerte de “lectoautor”, donde lleva un diario según Nicholas (“Daily me”) con el que acabará por configurar la sociedad y la información que circula en ella.
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